lunes, 3 de noviembre de 2008

El reglamentario

Domingo 10:30 de la mañana, ya tomé mate, regué las plantas, puse ropa a lavar, levanté a todo el mundo y salgo a hacer las compras para el asadito reglamentario.
Abro el portón y enciendo el vehiculo. ZAZ! Un autito negro mal estacionado con toda su trompa sobre la salida del garage. A 1 metro del cordón una zanja que llega hasta mitad de calle. Empiezan las maniobras, 15 centímetros adelante, 15 centimetros atras, dale y dale, entra y sale y nada. Imposible salir.
Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Toco el timbre a la única vecina que tengo y nada, parece que no hay nadie. Mete y saca, mete y saca el vehiculo sobre la vereda. Imposible salir. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Camino hasta el restaurant de la esquina, pregunto y nada. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Toco nuevamente el timbre de la única vecina que tengo y nada, parece que no hay nadie. Mete y saca, mete y saca el vehiculo sobre la vereda. Imposible salir. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Camino hasta la parroquia de la vuelta, la misa está por terminar, utilizo mis influencias eclesiasticas (aunque no lo crean) y logro pasarle al curita un papelito avisándole al dueño del auto que está mal estacionado. Salgo de la Iglesia, espero y nada. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Toco de nuevo el timbre a la única vecina y nada, parece que no hay nadie. Inhalo, exhalo, inhalo, exhalo. Voy hasta el teléfono y llamo a la guardia de la Policia de Tránsito para que me envíen la grúa y que se joda el dueño del negrito. Y nada parece que no hay nadie.
Otra vez mete y saca, mete y saca el vehiculo de a dos centimetros en dos centimetros, sobre la vereda. Imposible salir.
Toco nuevamente el timbre a la única vecina, ya por deporte, ya de aburrida, ya de resignada. Al rato aparece por la ventana:
-"Quien jode tanto?"
La miro bien, el camison al revés y de atrás para adelante ( se le veia la etiqueta) los pelos batidos, la cara colorada, la respiración agitada, los labios lascivos hinchados... En ese momento me cae la ficha. Mientras yo hacía mis ejercicios de respiración para no comenzar alterada el domingo, la vecina gozaba como una loca, no era el eco callejero del domingo lo que yo escuchaba, eran sus gemidos. Y la respuesta no se hizo esperar:
-¿Este autito es tuyo?
- Si, por? responde entrecerrando los ojos y de mala manera.
-¿Por que no lo corres mamitaa??? No ves que está estacionado en el garage???? (Esto fué un grito fuerte, enloquecido y chabacano) , ahora si queres seguir con la cogedera pasame la llave y prestame tu maridooooo...!!!
Ella cerró de un golpe la ventana. Yo, conociéndome, me metí en el zaguán de mi casa esperándo que sea ella la que corra el autito así podia pelear un poco más. Pero no, fué él quien salió a correrlo, cuando apareció le clavé mis ojos enfurecidos y envidiosos en su pantalón puesto a las apuradas. Pude adivinar esa erección.